ERA NECESARIO...??

¿Cansado de las secuelas? ¿Te aburren las precuelas? ¿O detestas las adaptaciones absurdas? Esta sección tiene el propósito (bueno, la sección no, sino yo mismo, que para algo soy el que escribe) de analizar si las continuaciones, remakes, o lo que se os ocurra consiguen aportar algo al original, o simplemente, si, tal y como reza el título, era necesario el esfuerzo ...

lunes, 29 de enero de 2007

ROCKY BALBOA




Tengo que reconocer que este comentario me resulta bastante complicado
de realizar por varias razones. La principal es que se trata de una
película que engaña, no es lo que promete, y lo digo yo, que no soy
ni mucho menos fan de la saga (de hecho, me ventilaría fácilmente
tres de las seis películas), pero también lo reconocen verdaderos
"stallone-maníacos" (pilla término cinematográfico).


Otro de los motivos es precisamente ese, que al no gustarme las
películas, pues supongo que no soy objetivo, pero qué narices, no me
vengáis ahora a criticar porque exprese mi punto de vista. Si todavía
creéis en la objetividad y en la imparcialidad, amigos, os tengo que
revelar un secreto: los reyes magos son vuestros padres. Lo siento.


Más motivos. Mi entorno. No os imagináis las presiones que he
recibido, sigo sufriendo, y por supuesto sufriré en el momento en que
se publique este comentario. Cierto sector cercano a mí hará noche a
la puerta de mi casa para apedrearla, incendiará contenedores, cajeros
automáticos, intentarán secuestrar a mi familia (suerte muchachos, no
sabéis el jardín en el que os metéis, os lo aseguro...), y todo con
la intención de que rectifique, pero coño, si vosotros confiáis en
la objetividad (sí, me repito, pero estoy comentando la sexta
película de una saga, así que no os pongáis quisquillosos, ¿vale?),
yo todavía sigo mis principios.


Bueno, a lo que iba. Antes de entrar a valorar la peli que nos ocupa,
me gustaría haceros un pequeño repaso de las anteriores cinco (que
dices tú, ¿Sly, no tenías bastantes?). Pues nada que en la primera
lucha contra Apollo Creed (y pierde, pero queda como un puto héroe).
En la segunda lucha contra Apollo Creed (no, no he hecho corta y pega,
es que vuelven a luchar, preguntadle al guionista), y gana. En la
tercera lucha contra Mister T, o "M-A" (no sé como se escribe, lo
siento, el del Equipo A), que aquí se llama Clubber Lang, y también
gana. En la cuarta pelea contra Ivan Drago, y gana. Y en la quinta,
..., pues, ..., me acuerdo que pelea en la calle contra un niñato que
no hace más que vacilarle, pero que más dá, lo grave es que haya una
quinta. Y ya está hecho el resumen.


Vale, pensaréis, ponle más ganas, que seguro que pasan más cosas, y
que tiene su argumento, y sus momentos dramáticos. Pues sí, lo
reconozco, y la primera es un puto peliculón, que incluso ganó tres
Oscars de la Academia. Hasta la segunda mola, que es cuando ya se carga
a Apollo. Pero es que en las otras ya se le va la pinza. Y lo siento
por las sensibilidades que voy a herir, para eso tenéis la sección de
comentarios.


Básicamente las películas comparten una estructura narrativa
curiosamente "clavada". Rocky es el típico acabadillo humilde, sin
recursos, y todo hay que decirlo, con alguna primavera de menos (coño,
él mismo lo reconoce, que tampoco le tengo tanta manía, ¿eh?), que
quiere ser boxeador, y el tío se pone como un berraco, y empieza a
soltar hostias como panes, y campeón. Entre medias de todo esto,
entrenamiento salvaje, dónde admito que sí que se demuestra una
imaginación increíble, porque no sé como se lo montan, que él
entrena con lo primero que encuentra en la basura, y su rival con los
ordenadores de la NASA a su puta disposición, y hostias, luego llegan
igualados y todo (¿será una metáfora de las desigualdades sociales
trasladadas al mundo del boxeo? No, no nos hagamos ilusiones. Más bien
es una flipadita.).


Antes de los combates, pues varias cosas. Se desarrolla la historia de
amor con Adrian; su cuñado Paulie siempre anda por medio tocándole
los cojones; y, el entrenador (mientras aguanta en la saga, porque me
da a mí que se olió el truño que podía salir en la cuarta y en la
quinta, y dijo yo me piro), pues metiéndole caña también a su
manera. Y así hasta el combate del final de la película, en el que
durante el 85% del mismo Rocky recibe una ensalada de hostias que ni te
imaginas, hasta que le entra la vena, empieza a gritar "¡Adrian!"
como un loco, y con tres o cuatro guantazos, pues te gana el título.


Mención especial para el argumento de la cuarta. Todo un panfleto
propagandístico destinado a combatir a los demonios del comunismo
encarnados en las figuras de Ivan Drago, luchador ruso, y toda su corte
de entrenadores y preparadores, todos ellos al servicio del imperio
soviético. Vamos a ver, simplifiquemos las cosas, y no las saquemos de
contexto. No es necesario mezclar política con este tipo de cine, y si
lo haces, hazlo bien, que para manipular material audiovisual, y crear
buena ciencia ficción, ya tenemos a la FAES.


Y con todo esto a las espaldas no se le ocurre otra cosa al bueno de
Sly de lanzarse a hacer una continuación, que según él, sirve para
cerrar la historia. Pues vale, si él lo dice, será verdad.


En esta ocasión se nos cuenta cómo se le plantea la posibilidad de
volver a luchar, y demostrarle al mundo que todavía no está acabado.
Curiosamente, la idea que intenta transmitir la película es muy buena.
Se cuenta una buena historia de superación, y de ganas de seguir
adelante, y de no darse por vencido. Además, se entrelazan otros
personajes que encajan muy bien en la acción, y contribuyen a
enriquecerla, no sobran en ningún momento (ni siquiera el cuñado
toca- huevos). El ritmo es más propio de un drama que de una película
de acción (de hecho, la primera parte es un excelente drama, lo que
pasa es que luego degenera). Y llegas a identificarte con los
personajes, y a cogerle cariño a Rocky, porque joder, se ha vuelto un
pedazo de pan, es increíblemente bueno con todo el mundo, de verdad.


Pero llegamos al motivo que encuentran para meter a Rocky a combatir a
gran escala. Resulta que un canal deportivo tiene la brillante idea de
emitir un combate virtual, simulado por ordenador, entre Rocky
(campeón retirado), contra la actual estrellita pugilística del
momento, y gana Rocky. Conclusión, pique del figura, típicos
promotores que ven un negocio donde otros no ven nada, y ya tenemos
combate montado, en mitad de Las Vegas, viva la discreción.


Por favor, que la película me estaba gustando. Todo iba perfecto. ¿Y
montáis un combate virtual? Vale corren rumores de que en La sexta
(vuelve a salir este canal en esta sección, ¿eh?, no, no me
patrocinan, tranquilos) se emiten unos documentales que también hacen
estas cosas. Me da igual. No queda bien. A qué santo, en medio de una
sociedad en la que predominan la NBA, la NFL, la NHL, el béisbol, y
hasta el soccer (el fútbol, que para algo han fichado a Beckam), una
mierda de simulación de videoconsola de un combate ficticio, consigue
que el boxeo sea el deporte más mayoritario, y con más tirón dentro
de los gustos de los americanos. Pero si hasta ocupa la primera plana
de todos los periódicos. Qué manera de cargarse la película.


Luego, otra cosa, el malo de la película, que ni acojona ni nada.
Vale, está claro, te pega con la mano abierta y te arranca la cabeza.
Pero es que los de antes sí que intimidaban. Eran auténticos
mostrencos. Además, se les definía mucho mejor como personajes, y
tenían una personalidad mucho más marcada. Éste en cambio, no tiene
sangre en las venas, es un pardillo.


Pero es que esto basta para destrozar la película, porque al hecho de
que es un pegote, te entra la mala hostia de que era una buena
historia, y te la han destrozado de la manera más cutre. Eso, y que el
entrenamiento es el más corto de toda la saga. Eso sí, ver a Punchy
(el perro de Rocky, auténtica metáfora de la historia) subir las
famosas escaleras, y ser el compañero de entrenamiento de su amo, no
tiene precio.


Junto a todo esto, destacar la música. La sintonía clásica de la
saga no ha cambiado desde el comienzo, pero es que no sé que tiene,
que suena, y te motiva, no hasta el extremo de ponerte a pegarle a un
trozo de carne en un matadero, o comerte cinco huevos crudos de buena
mañana, pero sí que acabas tarareándola, y moviendo el piececito al
ritmo de la melodía.


No sé que más contaros. Que por otro lado es digna de alabar la forma
física de Stallone, que no hay que olvidar que pasa de los 60 años.
Estamos de acuerdo que nadie sabe lo que se habrá metido para seguir
así, y que su cara es un derroche de imaginación de algún cirujano
plástico (atención a sus ojos, por favor). Pero el colega se sube al
ring y se mueve como Dios, y mola todo verlo pegarse de hostias.


En fin, tal vez este comentario haya sido tan duro precisamente porque
es una película que en el momento en que mejor impresión te está
dejando, y más te está gustando (ya estaba pensando en las múltiples
rectificaciones que iba a tener que hacer con mucha gente), te pega una
puñalada trapera, y te deja temblando, diciendo, pero qué mierdas
habéis hecho. Por eso, más que una vuelta a los orígenes (como lo
és la primera media hora), es una "digna" continuación de sus
más inmediatas predecesoras (véase Rocky "contra el comunismo"
IV, y Rocky V, que conste que perdono a la tercera parte).